En SLAA creemos que la adicción al sexo y al amor es una enfermedad progresiva que no se puede curar, pero sí detener. Puede adoptar muchas formas, entre ellas, una necesidad compulsiva de sexo; una dependencia u obsesión extrema con otra persona (o muchas); actividad sexual o romántica fuera del ámbito de una relación monógama; fantasía obsesiva, ya sea sexual o romántica; una atracción compulsiva por parejas no disponibles o abusivas; participar compulsivamente en sexo anónimo o casual; o una evitación compulsiva de la intimidad física, el contacto social o el apego emocional. Cuando existe un patrón obsesivo/compulsivo, puede volverse cada vez más destructivo para la carrera, la familia y el sentido de autoestima y respeto por uno mismo. La adicción al sexo y al amor, si no se controla, siempre empeora.